Catálogo Turpin

Ensayo

ISBN: 978-84-937716-8-3
Páginas: 144
PVP: 18 €
Rústica con solapas
17 x 23 cm

Los primeros catálogos de libros editados en Madrid

Ana Martínez Pereira & Víctor Infantes

Los libros incluyen en su interior un contenido cultural, o no sólo cultural, pero están hechos desde sus orígenes para ser vendidos y, más tarde, quizá ser leídos. Desde sus orígenes la imprenta construye un artefacto que tiene su razón de ser en su posible compra y, por ello, tan importante como producirlo es poder comercializarlo y hacer que llegue al comprador al precio más razonable posible. Ya a finales del periodo incunable el impresor Aldo Manuzio había publicado una Lista de los libros impresos en su taller veneciano y en 1503 volvería a editar una hoja, Librorum et graecorum et latinorum nomina con 33 ediciones, y donde anota a mano el precio de los libros, quizá para un cliente determinado. La Europa renacentista conocería, entonces, la multiplicación de los Catalogus librorum omniun facultatum, que acercaban a los compradores los libros editados por los talleres de imprenta y su distribución por los libreros y editores.

En España hay que esperar a finales del XVII, para que aparezcan los primeros catálogos impresos de libros (impresos). Se trata del librero y editor más importante del Madrid barroco, que ocupó cargos de responsabilidad pública en el entramado de la industria madrileña del libro y que costeó cerca de 250 ediciones a lo largo de su prolongada actividad comercial; tenía su librería y almacén en la Puerta del Sol, en varias casas de la calle Mayor, esquina con la de la Paz, y un puesto de venta en Palacio. Antes de su muerte publicó su primer Catálogo de los libros que tiene Gabriel de León, Mercader de Libros en esta Corte (¿1687?) y al poco un segundo, ya a nombre de su Herederos (1690), que en el siglo siguiente imprimirían un significativo Surtimiento de comedias (¿1705-1715?). Por primera vez se editan juntas estas tres rarísimas piezas y el lector de ahora podrá hacerse una idea de los libros que era posible comprar hace más de trescientos años en Madrid.